¿Qué es el herpes labial?
El herpes labial consiste en pequeñas ampollas que se desarrollan sobre los labios y alrededor de ellos. Estas ampollas están llenas de líquido. El herpes labial también recibe el nombre de "llagas de fiebre”. Se trata de una afección común causada por un virus, que no se cura. Sin embargo, su niño puede tomar medidas para que las lesiones sean menos frecuentes y menos duraderas.
En la mayoría de los niños, el virus sólo provoca llagas alrededor de la boca. Las llagas pueden ser dolorosas, pero tienden a desaparecer, aunque suelen regresar. Algunos niños pueden enfermarse gravemente debido a este virus. Los niños que se hallan particularmente en riesgo son los bebés recién nacidos, los niños con sistemas inmunes debilitados y los niños con eczema.
Signos y síntomas del herpes labial
La primera infección suele ser la más grave. Las encías, el paladar y la lengua del niño se enrojecen y se inflaman, para luego cubrirse de ampollas. El niño suele tener fiebre alta y se muestra muy irritable. Puede negarse a comer o a beber debido al dolor. Los síntomas por lo general duran de 7 a 14 días. Algunos niños necesitan medicamentos para aliviar el dolor. Raramente necesitarán que se los interne en el hospital para tratar el dolor y la deshidratación.
El virus se mantiene inactivo en las células nerviosas. Puede reactivarse nuevamente en forma de herpes labial: aproximadamente de 4 a 12 horas antes de que las ampollas propiamente dichas aparezcan en la piel del niño, habrá una sensación de hormigueo alrededor de la zona infectada. Luego aparecerán en esa área una ampolla o algunas ampollas pequeñas rodeadas por piel enrojecida o inflamada. Las ampollas producirán picazón o dolor. Es probable que estallen en unos pocos días, y el líquido claro que contenían formará una costra. La llaga se curará sola en el lapso de una semana sin dejar cicatriz.
Por lo general, las ampollas aparecen alrededor de la boca o sobre los labios. En ocasiones pueden aparecer también sobre otras áreas de la piel, los ojos y los dedos de las manos.
Causas
El herpes labial es producido por un virus llamado herpes simple de tipo 1. Otro tipo de virus, el herpes simple de tipo 2, generalmente es responsable del herpes genital, aunque también puede causar llagas en la cara.
Los niños generalmente se infectan al estar en contacto cercano con la saliva o con lesiones abiertas de una persona infectada. Si su niño tiene herpes labial, debería evitar estar en contacto cercano con bebés, niños con eczema o con personas con un sistema inmune debilitado. Sin embargo, las personas que portan el virus y no tienen herpes labial evidente pueden infectar a otros.
Una vez que su niño está infectado, el virus permanece inactivo en las células nerviosas de la piel. El cansancio excesivo, el debilitamiento del sistema inmune, el agrietamiento de los labios, la fiebre, la menstruación, el estrés o la exposición al sol pueden desencadenar un brote. La mayoría de las personas tendrán herpes labial recurrente provocado por el mismo factor desencadenante.
El herpes labial no tiene cura. Es probable que su niño tenga llagas toda la vida. La frecuencia de aparición varía. Algunas personas padecen herpes labial al menos una vez por mes. Otras sólo una o dos veces por año.
Complicaciones
Las siguientes complicaciones pueden presentarse, aunque son infrecuentes:
- deshidratación y dolor intenso
- infecciones oculares
- infecciones graves de la piel, generalmente en personas con enfermedades subyacentes de la piel como eczema
Pueden ocurrir infecciones de otros órganos como el cerebro o el hígado, generalmente en bebés pequeños o en personas con sistemas inmunes debilitados. Estas infecciones pueden causar enfermedades graves o incluso la muerte.
Qué puede hacer el pediatra respecto del herpes labial
Se pueden prescribir medicamentos para calmar el dolor. Los medicamentos antivirales pueden ser útiles si el diagnóstico es temprano. En general, el herpes labial mejora sin tratamiento en el lapso de 3 a 7 días. Su pediatra podrá prescribir un medicamento para frotar sobre la piel. Pero este tipo de tratamiento sólo será efectivo si se aplica sobre la piel ante el primer signo de infección.
Prevención
Su niño puede seguir los siguientes pasos para protegerse contra el herpes labial o, en caso de estar infectado, prevenir la diseminación a otras partes del cuerpo o evitar transmitir el virus a otra persona.
- Evitar besar y estar en contacto con la piel de otras personas cuando las ampollas estén presentes
- Evitar compartir elementos como utensilios de comida o bálsamo labial, que pueden diseminar el virus
- Mantener sus manos limpias
- Tener cuidado de no tocar otras partes del cuerpo, especialmente los ojos y el área genital
- Evitar factores desencadenantes como estrés excesivo, resfríos y gripes, falta de sueño y exposición excesiva al sol
- Utilizar filtro solar
Cuándo solicitar asistencia médica
Consulte al médico si observa alguno de los siguientes signos:
- ampollas o dolor en el ojo o alrededor del mismo
- fiebre alta
- confusión o cambios en el comportamiento
- su niño se ve muy enfermo o no consume una cantidad adecuada de líquidos
- ampollas en cualquier parte del cuerpo, si el bebé o niño tiene un sistema inmune debilitado
Puntos clave
- El herpes labial es muy común y contagioso
- El herpes labial no tiene cura. Sin embargo, se puede prevenir y controlar
- El primer episodio suele ser el más grave
- Su niño puede necesitar una medicación antiviral o un ungüento para frotarse sobre la piel