Normalmente, en el primer trimestre del embarazo, se fusionan los tejidos que forman el labio y el paladar. Cuando estas partes no se fusionan correctamente, se forma un espacio entre las mismas llamado hendidura. Las hendiduras pueden variar en su tipo y severidad. Las hendiduras del labio y del paladar son los tipos más comunes de malformaciones congénitas, y se dan en aproximadamente uno de cada 1.000 nacimientos. La mayor parte de los bebés con labio leporino o paladar hendido son sanos en otros aspectos y no presentan otras malformaciones congénitas. Algunos bebés que presentan hendiduras pueden tener también otros problemas médicos.
Labio leporino
El labio leporino es una separación en el labio superior. El labio leporino se puede presentar si algunas partes de la nariz y de la mandíbula superior no se fusionan correctamente durante las primeras semanas de gestación. El labio leporino puede variar en su severidad desde una ligera muesca en el labio hasta una separación completa del labio que se extiende hasta la nariz y la línea de las encías.
Paladar hendido
El paladar hendido es una separación que se encuentra en la mitad de paladar. El paladar hendido se puede formar si el techo de la boca y el piso de la cavidad nasal no se fusionan apropiadamente en los estadios tempranos de la gestación. La severidad del paladar hendido puede variar desde una pequeña abertura en la parte posterior del paladar hasta un gran hueco en el techo de la boca.
Problemas relacionados con el labio leporino y el paladar hendido
Si se dejan sin tratar, el labio leporino y el paladar hendido pueden presentar desafíos sociales evidentes tanto para los padres del bebé como para el niño mismo a medida que crezca. Los padres a menudo sueñan con tener un bebé "perfecto" y pueden sentirse decepcionados al darse cuenta de que su bebé recién nacido tiene una hendidura. Pueden experimentar muchos sentimientos diferentes, incluyendo shock, negación, tristeza y enojo, antes de aceptar finalmente lo que ha sucedido. Muchos padres no son conscientes de lo exitosa que puede ser la cirugía para corregir estas malformaciones.
Si se dejan sin tratar, el labio leporino y el paladar hendido pueden presentar otros desafíos para un bebé, incluyendo problemas en la alimentación, la audición, el desarrollo dental y el habla.
Alimentación
Un bebé con labio leporino o paladar hendido puede tener dificultades para succionar o alimentarse. Un terapeuta ocupacional o un patólogo en habla y lenguaje podrán aconsejar a los padres sobre cómo facilitar el proceso de alimentación de su bebé.
Audición
El paladar hendido a veces puede afectar el oído medio e interferir con la audición del niño. Puede acumularse líquido en el oído medio, causando una pérdida temporal de la audición o infecciones de oído recurrentes. En ocasiones, puede ser necesario insertar tubos para drenar el líquido del oído.
Desarrollo dental
El labio leporino o el paladar hendido pueden afectar los dientes del niño. El bebé puede tener dientes faltantes o adicionales, dientes pequeños o dientes torcidos. Algunos bebés necesitan tratamiento ortodóntico para llevar la mandíbula superior, los labios y la nariz a una mejor posición. El tratamiento ortodóntico ayuda a mejorar los resultados de la cirugía de la hendidura.
Habla
El paladar es importante para el desarrollo normal del habla. Muchos niños necesitan un tratamiento ortofónico después de que se les repara el paladar hendido.
Tratamiento del labio leporino y del paladar hendido
Todos los bebés con labio leporino o paladar hendido deben ver a un cirujano plástico dentro de la primera semana o las dos primeras semanas después del nacimiento. La cirugía difiere entre un niño y otro, ya que la hendidura de cada bebé recién nacido es diferente. El cirujano plástico evaluará qué técnica quirúrgica necesitará su niño.