Anteriormente en la sesión 8, aprendiste sobre la terapia física y distintos ejercicios. Estos pueden ayudarte a manejar los síntomas de la AIJ y a mantener las articulaciones sanas. Un aspecto fundamental para conservar la AIJ controlada es mantenerte activo. ¡Realiza esos ejercicios todos los días!
Mantenerse activo es bueno para tu salud en general, tengas AIJ o no. La actividad física puede ayudarte a mantener el corazón sano (aptitud cardiovascular), mantener un peso sano, asistirte con el control del dolor y mejorar los hábitos del sueño. También puede ayudarte a mejorar la sensación general de bienestar o el humor.
Los deportes y las actividades recreativas
Si eres como la mayoría de los jóvenes que tienen AIJ, no deberías tener restricciones en cuanto al tipo de deportes y las actividades recreativas en las que puedes participar. La única excepción sería si tienes problemas en el cuello o daño severo en las articulaciones. Habla con tu médico para averiguar si tienes alguna restricción en las actividades.
Para muchos jóvenes participar en deportes y otras actividades recreativas es una parte importante de la vida. Y lo más importante es que ¡te permiten divertirte! Los deportes también te permiten tener un estilo de vida sano y activo a pesar de que NO reemplazan los ejercicios terapéuticos específicos si te los han recomendado. Si es difícil para ti participar en ciertos deportes, intenta seleccionar aquellos que sean menos agresivos para tus articulaciones como nadar. Habla con tu médico o tu fisioterapeuta para que te den otras sugerencias.
Quizás hayas descubierto que tu habilidad deportiva ha cambiando en comparación con la que tenías antes de que te diagnosticaran. Esto puede resultarte muy frustrante y desilusionarte mucho. Si antes practicabas un deporte de manera competitiva y ahora no puedes hacerlo a ese nivel, quizás podrías considerar hacerlo a un nivel más recreativo. Si aún tienes muchas ganas de competir, quizás cambiar de deporte te permita hacerlo. Por ejemplo, la natación puede ser muy competitiva, pero es menos agresiva para las articulaciones que otros deportes.
Habla con tu equipo de atención médica sobre las actividades que te resulta importante realizar. Ellos pueden decirte cómo trabajar para retomar tus actividades previas o si sería mejor adaptarlas.
Consejos para mantenerte activo
- Deberías hacer al menos 30 minutos de actividad física cinco días por semana o más.
- Encuentra una actividad que te GUSTE hacer y ¡haz que tus amigos se unan a ti! Es más probable que continúes haciéndola si te gusta.
- Sé realista en las actividades que eliges.
- Comienza despacio y desarrolla tu resistencia.
- Pídele consejo a tu fisioterapeuta o tu médico.
- El ejercicio no debería causarte dolor en las articulaciones.
- DETENTE inmediatamente si sientes dolor en el pecho, mareos, nauseas o te cuesta mucho respirar.
- Lo más importante es: ¡DIVIÉRTETE!
Para obtener más consejos visita las guías de actividades para los jóvenes de los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades]:
https://www.cdc.gov/healthyschools/physicalactivity/guidelines.htm.
¿Cuáles son tus objetivos para mantenerte activo? ¿Son objetivos INTELIGENTES? Recuerda que los objetivos S.M.A.R.T. (inteligentes) son:
- específicos,
- medibles,
- alcanzables,
- realistas,
- oportunos (pueden lograrse en un período de tiempo realista).
Una historia de esperanza
"Cuando me diagnosticaron AIJ hace dos años, no estaba muy bien. No solo tenía limitaciones físicas sino que también tuve que abandonar algunas de mis actividades favoritas. Antes de enfermarme, jugaba en un equipo de basquetbol. Era mi pasión y mi pasatiempo favorito. Jugué dos años con los McLearon MAGICS y tenía esperanzas de que me aceptaran en el equipo de mi nueva escuela secundaria, pero el entrenamiento se me hizo muy difícil.
Comencé a tener problemas hasta para caminar. De repente, me había abrumado totalmente mi nueva enfermedad, que se había esparcido por la mayoría de mi cuerpo (ambas rodillas, uno de mis tobillos, una de mis muñecas y la mandíbula). No podía doblar una de las rodillas por lo que me dieron inyecciones de cortisona, fisioterapia y una férula. La férula se extendía desde los glúteos hasta los pies y era muy incómoda, pero debía usarla todas las noches durante varias semanas. Luego, debido a que los antiinflamatorios no estaban surtiendo efecto, tuve que comenzar a tomar metotrexato. Es un fármaco muy potente que me causó muchos problemas con los efectos secundarios, como dolor de estómago, nauseas y una intensa fatiga. Falté a la escuela varios días. No podía participar de la clase de gimnasia y aún peor ¡no podía jugar al basquetbol! No tenía suficiente energía para jugar con mis amigas o participar de las actividades luego de la escuela.
Ahora, dos años más tarde, debo decir que estoy mucho mejor. Ha pasado mucho tiempo desde que he necesitado una férula y estoy tomando dosis de medicación menores lo que significa que los efectos secundarios son menores también. Tengo menos dolor que antes y a pesar de que por las mañanas las rodillas están un poco tiesas, se aflojan rápidamente. Aún debo ir a fisioterapia, pero ahora es más fácil. Al principio solo podía nadar, pero ahora lentamente estoy comenzando a practicar otros deportes como ciclismo, esquí de fondo, bádminton y unos pocos más. Ya no me cuesta caminar lo cual simplifica mucho mi vida en la escuela y con mis amigos. Ahora puedo seguirle el ritmo al grupo sin problemas. Voy de compras con mis amigas, paseamos juntas por el centro, pasamos días juntas en La Ronde y a veces hacemos fiestas estilo discoteca en mi casa puesto que ahora puedo bailar con ellas.
El mensaje que quiero transmitir es que en la vida hay que mantenerse optimista. Tendrás días que no serán fáciles, pero con un poco de esfuerzo, determinación y mucha paciencia, puedes superar tu enfermedad. Ponte objetivos pequeños al principio y auméntalos gradualmente. Siéntete orgulloso de todos los logros y usa ese sentimiento de orgullo para superar los días malos. Poco a poco verás que se hace más y más fácil.
Luego de dos años puedo ver todo el progreso que he logrado y me siento muy orgullosa de mi misma. Aún tengo mucho que recorrer antes de lograr la remisión, pero estoy segura de que antes de terminar la prepa ¡voy a volver a formar parte del equipo de basquetbol!"
-Jennifer, 15 años